Mujeres de Filosofía, Julieta Grosso, violinista de la Sinfónica: “Me gustaría retribuir a la Universidad todo lo que me dio”
La música en la vida de Julieta Grosso estuvo siempre, desde muy chica, cuando a los 9 años su papá le propuso que tomara clases de violín. Pero claro, antes había que asegurarse que le gustara, por eso la llevó a un concierto de la Sinfónica en el Auditorio. Y a partir de ese viernes, y casi de manera mágica, ella quedó maravillada con ese instrumento. Con el tiempo, sin quererlo y como un hermoso regalo casual de la vida, se transformó en una integrante más de la Orquesta de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes. Noticias FFHA la visitó en el Auditorio Juan Victoria y dialogó con ella
“En mi casa bailaba, cantaba siempre. Un día mi papá me preguntó si quería tomar clases con un alumno de él, que actualmente también está en la Sinfónica, Leandro Balderrama. Antes de comprarme el violín me trajo a un concierto un viernes. Salí fascinada esa noche”, cuenta.
Julieta tiene 19 años, estudia la Tecnicatura en interpretación musical Orientación: violín; y el Profesorado Universitario de Música: violín. Hace 1 año que es parte de la Orquesta, luego de aprobar una audición y quedar junto a otros cinco compañeros. Ocupa la fila de violines segundos, lugar donde se toca la misma melodía y a veces se acompaña a los violines primero.
Además de interpretar, compone música, aunque según ella no es su fuerte. “Lo tomo como hobby, con los conocimientos que adquirí en la Escuela de Música, de armonía, pero no es algo que vaya a grabar, lo hago porque me gusta. Aunque no descarto nada en un futuro; también escribo poesía así que podría integrarlo”, cuenta.
No todo es música clásica en la vida de Julieta. “La música clásica lleva mucho tiempo, la técnica y proyección del sonido. Pero, también tengo un violín eléctrico y en mi último año de la secundaria armamos una banda de rock con compañeros, en la Normal Sarmiento”, recuerda con alegría.
Para ella, estar en la Sinfónica es una gran experiencia. “Es una orquesta muy buena. Me tocó este tiempo en que hay maestros invitados, no hay un titular, entonces he podido experimentar distintas formas de ver la música, de trabajarla, estoy muy agradecida de tener esta oportunidad, es una gran responsabilidad”, dice.
Los ensayos en el Auditorio son de lunes a viernes, de 10 a 13, pero luego, la práctica sigue en casa. “Además, hay que cursar en la facultad. El complemento del estudio y venir a la orquesta te da el nivel para tocar mejor. Mi profesora Rossanna Migani me dijo que hiciera las dos cosas, que eso me dará una base”, agrega.
“Nunca sentí discriminación por ser más chica. Es un ambiente muy inclusivo. De hecho la concertina es mujer, Indira González, mi profe es la jefa de violines segundo. Son muchas las mujeres que están al mando. También hay una maestra, Jeny Delgado”, dice.
Julieta sabe que aún le queda mucho por transitar. “Espero seguir aprendiendo, llevo 10 años, pero lo que me queda todavía es mucho. Esta experiencia es para celebrar lo que hice en este tiempo, pero luego dar vuelta la página y mirar para adelante. No descarto continuar mi carrera afuera. Eso sí, me gustaría volver y retribuir a la Universidad y a los profes todo lo que me han dado”, cierra emocionada.